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Hace un par de semanas perdí en Barcelona una mochila en la que llevaba mis posesiones más preciadas: portátil, pasaporte, Kindle, gafas de sol graduadas, cargadores, auriculares...
En total, unos 3.000€ en objetos.
Si te soy sincero, no sé muy bien cómo la perdí.
Iba con dos amigos en el cercanías de Caldetas a Barna, y cuando me bajé en Plaza Cataluña me di cuenta de que no llevaba la mochila en la espalda.
A lo mejor me la olvidé en la estación de Caldetas y alguien se la llevó, o quizá me la robasen en el tren sin darme cuenta... No lo sé.
El caso es que había desaparecido.
Como te puedes imaginar, perder esta mochila fue un palo tremendo para mí.
¡Llevaba mi vida entera ahí dentro!
Sin embargo, intenté afrontar la
situación con filosofía.
Sí, había perdido un montón de cosas importantes, e iba a tener que dedicar unas cuantas horas –y varios miles de euros– a comprarlas de nuevo, pero en el fondo no era un problema realmente grave como un cáncer o la muerte de un ser querido.
Mi situación económica es buena, el ordenador estaba encriptado y tenía todos los datos importantes guardados en la nube, así que lo que había ocurrido se podía solucionar.
Por eso, en vez de quedarme en el albergue lamentándome por lo sucedido, esa noche decidí salir con mis amigos a bailar.
Y es que no tiene sentido darle vueltas a algo que ya ha ocurrido y que no se puede cambiar.
Es mucho mejor aceptar la realidad y mirar hacia adelante.
***
A raíz de perder la mochila, estos últimos días he estado pensando mucho sobre los "accidentes inesperados" y sobre cómo gestionarlos, y hay un par de reflexiones que me gustaría
compartir contigo.
La primera es que este tipo de situaciones ocurren.
Siento tener que decírtelo, pero es posible que cuando menos te lo esperes...
- Te roben la mochila o el móvil
- Te despidan del trabajo
- Te hackeen la web
- Te tengan que operar mientras estás viajando
- Te enteres de que la empresa en la que tenías invertido tu dinero estaba falseando las cuentas y tus acciones se desplomen en bolsa
Quizá la probabilidad de que pase una de estas cosas sea muy pequeña, pero improbable no significa imposible. Por eso, hay que ser humilde y no caer en el error pensar que "esto no me va a ocurrir a mí", porque puedes acabar llevándote una buena sorpresa... De ahí mi segunda reflexión: siempre hay que estar preparado para lo peor. Y con esto no me refiero a vivir obsesionado con todas las desgracias que te pueden ocurrir, sino simplemente a ser precavido y asegurarte de que si se da alguna de estas situaciones imprevistas no te vas a
quedar "fuera de juego". En mi caso, cuando configuré mi portátil decidí encriptar todos mis datos con BitLocker y FileVault. De esta manera, aunque alguien se hiciese con el disco duro, no podría acceder a ningún archivo sin conocer la contraseña. Esta decisión, junto a la de guardar toda mi información importante en la
nube, ha hecho que el perder mi MacBook Pro haya sido sólo una putada en vez de un putadón enorme que me hubiese quitado el sueño durante meses. Pero… ¿podrías decir tú lo mismo? ¿Qué ocurriría si mañana "te robasen la mochila", signifique lo que signifique eso para ti? Es una pregunta que te recomiendo que te hagas de vez en cuando, y que en los últimos años me ha llevado a instalar en mi vida distintos "sistemas de seguridad" para evitar quedarme fuera de juego. Por ejemplo…- Todos los meses pago un seguro médico privado, porque sé que si me pasa algo que a primera vista no
parezca grave (pero que quizá si lo sea) y me tiene que ver un especialista, en la Seguridad Social van a hacerme esperar varios meses, y el que me hagan las pruebas necesarias a tiempo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte
- Tengo todas mis webs alojadas en Webempresa, un hosting que hace copias de seguridad del servidor cada 4 horas. De esta manera, en caso de hackeo o de que alguna de mis páginas se borrase accidentalmente, podría recuperar mis datos fácilmente
- Viajo siempre con un buen seguro de viaje. Nunca sabes qué es lo que te puede ocurrir cuando estás por ahí, y pagar una operación de tu bolsillo puede arruinarte de la noche a la mañana
- Dispongo de un
fondo de emergencia con suficiente dinero como para cubrir todos mis gastos fijos y los de mi empresa durante al menos 6 meses. Gracias a esto sé que si de pronto mis ingresos desapareciesen por cualquier motivo, tendría margen suficiente para volver a ponerme en pie
Como ves, no se trata de ser paranoico, sino de tener mecanismos para limitar los daños y que si ocurre lo inesperado puedas recuperarte lo antes posible.
¡Piensa en ello antes de que sea demasiado tarde!
***
Al día siguiente de perder la mochila fui a una comisaría a poner una denuncia.
También puse un parte de pérdida en Renfe, y fui a varias estaciones a preguntar si habían encontrado algo.
No hubo suerte.
Sea quien sea el que haya encontrado mi mochila, ha decidido quedarse con todo a pesar de saber
perfectamente a quién pertenecía y de haber visto la importancia de sus contenidos :(
Este incidente me ha hecho estar las dos últimas semanas desconectado, respondiendo correos desde el móvil y poco más, pero por suerte ayer recibí mi nuevo portátil (un flamante Surface Laptop – ¡¡Windows 10!!) y ya vuelvo a estar operativo
.
El próximo lunes publicaré el artículo que tenía casi listo antes de perder la mochila sobre mi experiencia en África, que es algo por lo que mucha gente me ha preguntado, y para las siguientes semanas tengo más contenido de calidad preparado para ti.
¡Espero que estés muy bien y que hayas tenido un buen verano sin incidentes!
No sé tú, pero yo estoy contento de estar de vuelta :)
Un fuerte abrazo desde Praga,
Ángel.-
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